Carta de un hijo a todos los padres del mundo

"No me des todo lo que te pida. A veces pido para ver hasta cuanto puedo coger." "No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas yo lo haría más rápido y con más gusto." "No cambies de opinión tan seguido sobre lo que debo hacer. Decídete y mantén tu decisión." "Cumple tus promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo; pero también si me prometes un castigo." "No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces lucir peor que los demás, sere yo quien sufra." "No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar también, y yo no quiero hacerlo." "Déjame valerme por mi mismo. Si tú haces todo por mí yo nunca podré aprender." "No digas mentiras delante de mi, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices." "Cuando hago algo malo, no me exijas que te diga por qué lo hize. A veces ni yo mismo lo sé." "Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinion que tengo de ti. Asi me enseñas a que admita mis equivocaciones también." "Trátame con la misma amabilidad y cordiabilidad con que tratas a tus amigos, que por ser familia no se nos impide ser amigos." "No me digas una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé mejor con lo que tú haces, aunque no lo digas, que con lo que dices y no haces." "Cuando te cuente uno de mis problemas, no me digas: "No tengo tiempo para tus boberías", o "eso no tiene importancia." Trata de comprenderme y ayudarme. Enseñame a buscar lo que Dios quisiera en esa situación." "QUIEREME Y DIMELO, A MI ME GUSTA OIRTELO DECIR, AUNQUE TU NO CREAS NECESARIO DECIRMELO." Anónimo

Un nuevo amor

To Derek and Nicky Hoy es un día especial, pues celebro la vida de esa criatura que en algún momento llegó a mi vida para hacerme felíz. En aquel entonces me preguntaba qué iba a ser de mi vida, qué iba a ser de todo aquello que quería hacer. Todo cambió en un segundo. Ya no soy la misma mujer independiente que solía ser antes.

Pensaba cómo iba a ser esa criatura, su pelo, sus ojos, su piel, cómo sería su voz, su personalidad. Pensaba en el futuro incierto que me esperaba.

Desde el primer segundo de vida ya dependía de mí, para alimentarse, para respirar, para sentir, para vivir. Todos mis sentimientos los compartía con alguien a quien aún no conocía, le hablaba a alguien que aún no sabía mi lenguaje.

Descubrí un nuevo amor, espontáneo y puro, un amor distinto. Comprendí por primera vez ese amor maternal que no he tenido desde que nací. Comenzé a sentir a Dios más cerca de mí, lo sentí dentro de mí, con cada latido, con cada movimiento. Pienso cuan perfecta es la naturaleza que es capaz de producir todo aquello que necesita para existir, doy por cierto la existencia de ese Ente Inmenso que me dió la grandeza de vivir y dar vida.

Pensaba entonces qué sucedería conmigo, con mi cuerpo, con mi forma de ser, de pensar, de ver las cosas, cómo sería mi forma de entender, comprender, amar. Poco a poco he encontrado las respuestas. Veo ahora desde otra perspectiva, soy más racional, más madura, más mujer.

Pienso en lo increíble de esa metamorfósis, cómo una simple e insignificante célula pudo convertirse en alguien tan importante, un ser que se fué formando de cada parte de mí, de lo que soy. Obervaba la perfección de la vida en ese ser tan vulnerable que aún depende de mí.

Todavía recuerdo cuando su corazón latía fuerte y constante, latía muy rápido, sus ojitos parecían estar dormidos todo el tiempo, sus pequeños y frágiles brazos parecían estar inmóbiles abrazando su cuerpecito, sus deditos eran tan pequeños que apenas le alcanzarían para agarrar los míos. Parecía que entendía mis sentimientos, cuando reía, cuando lloraba, cuando estaba enojada. Muchas veces me preguntaba si me escuchaba, si me sentía.

Me asaltaron las dudas, los miedos, pero nunca estuve sola, me acompañaba a donde quiera que iba, incluso en mis sueños. Entonces estaba ansiosa por la llegada de ese ser a su nuevo mundo, ese momento en que nos tocamos por primera vez, que nos vimos por primera vez, ese momento tan crucial en mi vida en que la tomé en mis brazos y la sentí. Me llené de tanto amor que olvidé mi cansancio, no quería dejar de observarla, cuando respiraba, cuando dormía, cuando al despertar me miraba tratando de decirme algo, ese algo que sólo yo puedo entender.

Mi vida ahora es una llena de emociones, cuando me sonrió por primera vez, cuando hizo su primera expresión; cuando me dijo "mamá" por primera vez no sabía si reir o llorar. Cuando volví a abrir mis ojos ya estaba dando sus primeros pasos, ahora es una persona con total personalidad. Cada día que pasa me doy cuenta cuan valioso es el tiempo, que debo vivir cada segundo de mi vida, cada segundo de su vida.

Le doy gracias a Dios por haberme dado el privilegio de darle vida a un ser, llenandome a la vez de más vida, de haberme permitido poder amar sin medidas.

Le doy gracias a Dios cada segundo que pasa por la vida de mi hija, y por haberme dado la oportunidad de verla crecer y vivir.

Le doy gracias por haberme brindado la dicha de ser... Mamá!

Sandra Falcón (2000)

Madre, solo hay una

A menudo piensas en ella, en su ternura, en su fortaleza, en su sencillez y su belleza. Con frecuencia la imaginas cómo te gustaría que fuera, perfecta. Más sin embargo es sólo un ser humano, tan igual y tan diferente, tan especial, pues no tan solo se dedica a ella misma, si no que también a los demás, a dar apoyo, compañía, cariño, amor, da todo sin esperar nada a cambio.

Es esa persona que te consuela en tu sufrimiento, en tu dolor, que se ríe contigo aún de las cosas que te parecen ser tontas, que de vez en cuando forma un escándalo de algo que para tí es insignificante, mientras mantiene la calma cuando le gritas en tu enojo.

Es esa persona que se preocupa por todo, hasta de que tu camisa esté derecha y estés bien peinado aún cuando no vas a salir.

Desde que estabas en su vientre ya te estaba hablando de todas las cosas que iba a hacer contigo. Cuando viniste al mundo demandabas el 101 por ciento de su tiempo y no parecía ser suficiente. Le exigias que te resolviera tu problema de matemáticas cuando ya ella se había olvidado que existía esa materia, más sin embargo lo aprende para poder enseñarte, para poder ayudarte.

Ella te alimenta, te asea, te enseña, te aconseja, te canta, todo lo hace con dedicación, con delicadeza, con amor. Te acepta tal como eres a pesar de tus críticas. Cuantas veces deseaste que ella fuera diferente, que te dejara en paz, que no te hablara, sin embargo cuando necesitaste transporte, compañía, alguien que escuchara tus quejas ella estuvo presente.

Ya eres todo un adulto, dices que eres independiente, que todo lo hiciste solo, que aprendiste las cosas por tu cuenta, pero no es así, porque a lo largo de ese camino ella estuvo ahí, asegurándose que todo fuera bien, que tú estuvieras bien.

Esa persona tan importante a la que llamas Mamá te ama ciegamente, te ama con el alma. Si todavia disfrutas de su compañía agradécele a Dios por cada minuto junto a ella, si es Dios quien la acompaña ahora agradecele por cada momento que fué.

Si tienes la dicha de haber traído al mundo a un hijo comprenderás la grandeza de ese ser que te dió vida, entenderás las discusiones que tuviste con ella cuando te decía "No", y te convencerás de que Dios existe al observar la naturaleza de tu hijo.

Quizás ya no esté contigo, o quizas eres tan afortunado de tenerla todavía contigo, tal vez esta lejos de ti y te tomas las molestia de llamarla una vez al año porque "es su día". Muchos otros simplemente no la tuvimos.

No importa de qué manera sea quiérela todos los días, demuestraselo, y recuerda que amar es nunca tener que decir "lo siento".

Sandra Falcón (2001)